miércoles, 26 de agosto de 2009

Segunda opinión

En el mundo de los consultorios y los médicos suele utilizarse la expresión “segunda opinión”. Esto implica que el diagnóstico es insuficiente, especialmente si requiere de una intervención quirúrgica o si fue detectada alguna enfermedad degenerativa. En este caso, el paciente inicia una búsqueda de datos que le permitan comprender su situación para dar el siguiente paso.

Existe una relación directa entre información y decisión. El hombre de negocios, por ejemplo, habrá de analizar detalladamente el mercado, la competencia, el marco legal y la estabilidad económica si pretende disminuir el inevitable riesgo de invertir. Este esquema se repite en casi todos los ámbitos. Así pues, en un país como México -donde la principal fuente de información es la televisión- resulta preocupante que la “segunda opinión” sea idéntica a la primera y que las opciones terminen ahí.

Televisa y Televisión Azteca conforman lo que algunos llaman “el duopolio televisivo”. En sus canales concentran no sólo a la mayoría del público sino la única versión disponible de la realidad para millones de mexicanos porque, en la práctica, suelen repetir el mensaje aunque modifiquen las formas. La aparente competencia entre emisoras podría reducirse a un asunto de caras y colores.

La concentración de medios de comunicación no le conviene a nadie fuera de los concesionarios y del gobierno. Los ciudadanos, aunque desconozcan los riesgos históricamente comprobables de la centralización informativa, no deberían ignorar que el Estado está obligado a garantizar la libertad de elegir. Este derecho, pieza fundamental del liberalismo teórico, pasa necesariamente por la libertad de asociación y de prensa.

Cuando el Estado, en lugar de promover una opinión pública informada, limita las fuentes de información y negocia con las existentes una línea editorial complaciente, no está defendiendo a la ciudadanía sino los intereses personales y políticos de quienes supuestamente deberían representarla. Así es como se transita hacia el totalitarismo y se le financia indirectamente con el erario.

Reducir la cobertura informativa o dirigirla hacia temas cómodos pone en peligro la integridad gubernamental. La prensa libre es clave para controlar la corrupción, señala Paul Starr, investigador en Comunicación y Asuntos Públicos de la Universidad de Princeton. “Decir que la corrupción brota más fácil cuando los que tienen el poder no le temen a quedar expuestos no es una simple especulación”, sostiene el catedrático.

La televisión oculta más de lo que informa. Una sociedad conformista que replica una visión parcial de la realidad, patrocinada por la administración en turno con fines propagandísticos, atenta contra su libertad sin saberlo. Es necesaria una mayor diversidad de voces. Habrá que exigirlas porque en asuntos nacionales, incluso una auténtica “segunda opinión” sería insuficiente.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Guerra de los mensajes

Tiene hasta el lunes para enviar su mensaje al espacio. El sitio de Internet http://www.hellofromearth.net/ está recopilando textos que -con ayuda del gobierno australiano y de la NASA- serán enviados a Gliese 581d, un planeta fuera del sistema solar con características similares a la Tierra. Esta transmisión que pretende celebrar el año internacional de la Astronomía tardará al menos dos décadas en llegar a su destino final.

Hasta ahora más de 20 mil cibernautas han participado. Algunos aprovechan para ofrecer su amistad a presuntos seres extraterrestres, asumiendo que en caso de existir logren decodificar la información enviada. Una cantidad importante de mensajes proclama a los seres humanos como una raza pacífica, aunque la historia compruebe justo lo contrario.

En términos reales, el progreso tecnológico de la humanidad se debe a la prevalencia de hostilidades. No olvidemos que la carrera espacial y su euforia por conquistar la Luna se desarrolló en el contexto de la Guerra Fría, cuando las superpotencias mundiales buscaban imponerse. Algunos investigadores, como Eugenio Tironi y Ascanio Cavallo, sostienen que se trató de una “lucha comunicacional”, una batalla donde las imágenes tenían más relevancia que los hechos.

Enjuiciar las innovaciones surgidas en tiempos de conflicto es un ejercicio complejo. Algunas se han adaptado a la vida cotidiana y otras continúan afectándola negativamente. Es el caso de la propaganda que busca manipular a la opinión pública y que a la fecha se mantiene en la lista de estrategias favoritas de los gobiernos. Guerra y Comunicación, dicen Tironi y Cavallo, siempre han ido de la mano.

En las luchas de la actualidad, las balas se sustituyen por mensajes y el control territorial por el posicionamiento mediático. La importancia de los medios es tal que su control se ha vuelto prioritario para la clase política, especialmente para quienes disfrutan las comodidades de su puesto gracias a una campaña publicitaria exitosa.

En México, la llamada “Guerra contra el narcotráfico” ha desatado un choque monumental de posturas. El crimen organizado no sólo delinque, también ha comprendido la importancia de luchar en el frente comunicativo. El hecho de que las instalaciones del Siglo de Torreón fueran atacadas esta semana y no se hayan reportado lesionados debe interpretarse como un aviso.

En el ámbito partidista ha comenzado la guerra por la sucesión. Los gobernantes que serán relevados apoyarán irremediablemente a las opciones que garanticen la continuidad de su influencia, aunque nieguen el acto por su ilegalidad. Se acercan tiempos de enfrentamiento. Las páginas de los periódicos serán testimonio de este choque de declaraciones.

En épocas donde el discurso altera la realidad, conviene recordar que los hechos son más perdurables que los dichos. Si los supuestos habitantes del planeta Gliese 581d pudieran observar a la humanidad descubrirían que las proclamas de paz desde la Tierra ocultan a una raza profundamente conflictiva. Quizá tiene razón un cibernauta estadounidense que escribió: “Por favor, sálvenos de nosotros mismos”.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Declaraciones prefabricadas

Los periodistas tienen la vocación de preguntar pero los políticos no tienen la de responder. Un funcionario experimentado suele aprovechar los cuestionamientos de la prensa para reforzar su posición en lugar de revelar los datos u opiniones que se le piden. Y aunque suele pensarse que esta habilidad es exclusiva de los experimentados o “colmilludos”, sólo requiere de frases genéricas fácilmente identificables.

Una de estas expresiones es “trabajo conjunto”. Su utilización es tan popular que en la base de noticias Google News la combinación de palabras arroja cerca de 22 mil artículos informativos. Si la declaración es sobre pobreza: “trabajo conjunto”. Si tiene que ver con inseguridad: “trabajo conjunto”. ¿Qué significa esto? Que el político elude su responsabilidad, se vacuna contra la ineficacia o simplemente tiene poco que decir.

Un ejemplo reciente: la cumbre de Líderes de América del Norte en Guadalajara. La reunión entre los presidentes de Canadá, Estados Unidos y México fue, al menos en las declaraciones públicas, totalmente infructuosa. Al final se informó que Canadá no modificaría las visas obligatorias ni Estados Unidos su política migratoria. ¿Cuáles fueron los acuerdos? ¡Continuar el trabajo conjunto!

Otra frase genérica, empleada graciosamente por políticos conscientes del pacto de impunidad que impera en el país, es la que evade fijar una postura sobre algún asunto sensible, cediéndolo a las “autoridades competentes”. Una pregunta hipotética para ejemplificar: “¿Qué opina de los presuntos abusos por parte del Ejército en la guerra contra el narcotráfico?”. La contestación de acuerdo a la fórmula sería: “Confío que el tema sea resuelto por las autoridades competentes en estricto apego a derecho”. ¿Qué autoridades?

Si el declarante conoce la instancia, ¿no debería señalarla? ¿Para qué la vaguedad? Para lavarse las manos. Como lo hizo el presidente Felipe Calderón, cuando en la conferencia de prensa con Obama y Harper habló de las denuncias por violaciones a los derechos humanos en México. El mandatario retó a que se demuestre un solo caso en que “no hayan respondido las autoridades competentes”.

El problema es que, en sentido estricto, las autoridades correspondientes no siempre son competentes. Mientras Calderón recurría a los tribunales militares en su discurso, la Suprema Corte desechaba la posibilidad de que los elementos castrenses fueran juzgados también como civiles. La protección al fuero militar fue opacada informativamente por la detención de un sujeto que habría recibido “pormenores” para atentar contra el presidente. Todo esto, el mismo día.

El cinismo de quienes se entrenan en la mentira no tiene límites. El político también puede jugar al sordo, ignorar las preguntas y protagonizar un monólogo. En esta categoría, la revelación del año es César Nava, recién estrenado dirigente del PAN.

Las respuestas prefabricadas requieren la pasividad de quien sostiene la grabadora o el micrófono y siguen colándose en los titulares por falta de información o de criterio. En la medida en que la prensa deseche este tipo de declaraciones, los protagonistas de la noticia dejarán de serlo, a menos que prueben con la honestidad o cambien de estrategia.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Justicia farandulera

Me lleva “La Tuta”… le dieron formal prisión a “El Azul”, cabecilla de la banda de “Los Rojos”, y “Los Tiras” no fueron quienes los detuvieron, sino una agrupación posiblemente vinculada a “Los Petriciolet” que podría ser cómplice de “La Flor” en al menos seis secuestros. Esta última banda, donde operaba “La Lore”, estaba liderada por “El Apá”, que pese al apodo no tiene nada que ver con “La Familia”. ¡La justicia en México parece una telenovela!

La prensa se ha vuelto cómplice del show de las presentaciones y los detenidos, de autoridades más interesadas en las fotografías que en los juicios, en las declaraciones que en las pruebas. ¿Cuántos de esos presuntos asesinos, secuestradores o narcomenudistas terminarán tras las rejas? Poco importa y quizá no lo sabremos. El seguimiento noticioso a mediano y largo plazo es una práctica en extinción.

Un colega me platicó el recorrido que hizo en algunas casas de seguridad en el Distrito Federal hace unos días. En uno de estos lugares, donde la policía había detenido a un grupo de secuestradores, el periodista pidió a una vecina su versión de los hechos. La mujer reveló que fue agredida por los uniformados y presentada ante los medios como una delincuente. Sosteniendo un periódico con su fotografía, explicó que la liberaron horas después por falta de pruebas.

Cuando trabajaba como reportero en un medio local, fui testigo de otra modalidad: la del detenido que no es consignado porque los familiares son extorsionados para entregar dinero. En esa ocasión, el celular de un narcomenudista no dejaba de sonar y pedí autorización a los uniformados para responder a la llamada con el objetivo de grabar la forma en que sus clientes le pedían la droga. Así descubrí que la comunicación insistente era de la madre del supuesto infractor, angustiada por no reunir la cantidad que los policías le pedían.

Ha sido inaugurada la era de los “alias”. El gobierno federal ha convertido al crimen organizado y sus principales figuras en material digno de la prensa de espectáculos. Hoy, salir en televisión y ser conocido en todo el país es tarea fácil: se requiere de talento para burlar a las autoridades y algún apodo. “El Inocente” es mi sugerencia: “¡Encarcelan a ‘El Inocente’ y su banda!” se leería en los titulares. Quizá de esa manera podría evidenciarse la cobertura ciega de personajes detenidos.

La prensa debería ignorar las capturas y privilegiar las consignaciones. Así, se reducen las posibilidades de exhibir como transgresores a ciudadanos inocentes y de que se negocie la libertad de criminales una vez que fueron fotografiados. Los periodistas tienen la obligación moral de investigar en qué terminaron las detenciones que reportaron. De lo contrario, se prestan a la propaganda y a la falsedad. Si el énfasis noticioso pasa de las aprehensiones a la prisión, sólo habría show a la hora de los verdaderos resultados