miércoles, 19 de agosto de 2009

Guerra de los mensajes

Tiene hasta el lunes para enviar su mensaje al espacio. El sitio de Internet http://www.hellofromearth.net/ está recopilando textos que -con ayuda del gobierno australiano y de la NASA- serán enviados a Gliese 581d, un planeta fuera del sistema solar con características similares a la Tierra. Esta transmisión que pretende celebrar el año internacional de la Astronomía tardará al menos dos décadas en llegar a su destino final.

Hasta ahora más de 20 mil cibernautas han participado. Algunos aprovechan para ofrecer su amistad a presuntos seres extraterrestres, asumiendo que en caso de existir logren decodificar la información enviada. Una cantidad importante de mensajes proclama a los seres humanos como una raza pacífica, aunque la historia compruebe justo lo contrario.

En términos reales, el progreso tecnológico de la humanidad se debe a la prevalencia de hostilidades. No olvidemos que la carrera espacial y su euforia por conquistar la Luna se desarrolló en el contexto de la Guerra Fría, cuando las superpotencias mundiales buscaban imponerse. Algunos investigadores, como Eugenio Tironi y Ascanio Cavallo, sostienen que se trató de una “lucha comunicacional”, una batalla donde las imágenes tenían más relevancia que los hechos.

Enjuiciar las innovaciones surgidas en tiempos de conflicto es un ejercicio complejo. Algunas se han adaptado a la vida cotidiana y otras continúan afectándola negativamente. Es el caso de la propaganda que busca manipular a la opinión pública y que a la fecha se mantiene en la lista de estrategias favoritas de los gobiernos. Guerra y Comunicación, dicen Tironi y Cavallo, siempre han ido de la mano.

En las luchas de la actualidad, las balas se sustituyen por mensajes y el control territorial por el posicionamiento mediático. La importancia de los medios es tal que su control se ha vuelto prioritario para la clase política, especialmente para quienes disfrutan las comodidades de su puesto gracias a una campaña publicitaria exitosa.

En México, la llamada “Guerra contra el narcotráfico” ha desatado un choque monumental de posturas. El crimen organizado no sólo delinque, también ha comprendido la importancia de luchar en el frente comunicativo. El hecho de que las instalaciones del Siglo de Torreón fueran atacadas esta semana y no se hayan reportado lesionados debe interpretarse como un aviso.

En el ámbito partidista ha comenzado la guerra por la sucesión. Los gobernantes que serán relevados apoyarán irremediablemente a las opciones que garanticen la continuidad de su influencia, aunque nieguen el acto por su ilegalidad. Se acercan tiempos de enfrentamiento. Las páginas de los periódicos serán testimonio de este choque de declaraciones.

En épocas donde el discurso altera la realidad, conviene recordar que los hechos son más perdurables que los dichos. Si los supuestos habitantes del planeta Gliese 581d pudieran observar a la humanidad descubrirían que las proclamas de paz desde la Tierra ocultan a una raza profundamente conflictiva. Quizá tiene razón un cibernauta estadounidense que escribió: “Por favor, sálvenos de nosotros mismos”.

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