miércoles, 10 de febrero de 2010

Latinoamérica amenazada

Triste coincidencia la del martes pasado. La celebración del Día del Periodista en Colombia fue opacada por el cierre de la revista “Cambio”, medio de comunicación que se mantenía crítico a la presidencia de Álvaro Uribe.

Los colaboradores del semanario hablan de censura. La casa editorial asegura que la decisión obedece a razones económicas. En adelante, la revista prestará atención a temas “livianos” que atraigan a nuevas audiencias, se informó.

De esta forma, el periodismo de investigación se convierte en un “modelo de negocios” y los lectores en un “nicho de mercado”. Disculpe usted, la credibilidad no es rentable…

La noticia indignó al gremio periodístico colombiano que, paralelamente, denunció amenazas y acoso por parte de los organismos de inteligencia del Estado.

La asfixia a los medios críticos y la invasión del oficialismo son las principales amenazas al periodismo en Latinoamérica. Otro caso es Venezuela, donde un liderazgo que se dice democrático -y que al mismo tiempo jura su permanencia hasta el 2030- continúa suprimiendo libertades.

Hugo Chávez, quien hace unos días caminó por el centro de Caracas ordenando con ligereza la expropiación de varios edificios, sigue en controversia con Radio Caracas Televisión Internacional, emisora que salió del aire por “golpista” en mayo del 2007 y que el mes pasado fue eliminada de los sistemas de cable por negarse a transmitir mensajes gubernamentales.

Marcel Granier, dueño de la televisora, pidió esta semana la intervención de la Organización de Estados Americanos en defensa de la libertad de expresión. Por su parte, el presidente venezolano sacó un capricho más del sombrero: “De repente con Chávez”, un programa de radio sin horario fijo.

“Es de repente, a cualquier hora, pudiera ser a medianoche, de madrugada…” explicó el mandatario en la primera emisión. Esta infantil ocurrencia se agrega a la estrategia de medios encabezada por el programa televisivo “Aló Presidente” y la columna dominical “Las líneas de Chávez”. La fórmula es: menos crítica y más autopromoción.

México no contrasta con esta realidad ni es ajeno a ella. Colombia y Venezuela ofrecen símiles y posibilidades. Historias que, por desgracia, hemos escuchado o pronto viviremos.

El boicot económico al periodista José Gutiérrez Vivó en el sexenio de Vicente Fox, la salida de Carmen Aristegui de W Radio por “incompatibilidad editorial”, la suspensión discrecional de la publicidad oficial en revistas y los recientes despidos por censura en Notimex son hechos que apuntan en la misma dirección.

Las voces deberían multiplicarse, no reducirse. Nada más peligroso para un país que transita hacia la militarización que la centralización informativa. Esta tendencia se amplía con la ignorancia y encuentra en la parálisis social su mejor pretexto.

El estado actual del periodismo en Latinoamérica es preocupante. A la pobreza y la violencia imperantes se suma la reducción de libertades y de fuentes informativas.

A falta de una masa crítica con potencial transformador, sólo queda denunciar y concientizar. Esperar que la sociedad reaccione antes de que el retroceso sea tal que ya no pueda hacer nada al respecto.

1 comentario:

  1. No es sólo un problema de Latinoamérica, el eterno conflicto entre medios y gobierno es mundial y es hasta entendible. No digo que sea correcto, pero como cualquier competencia debemos de esperar que hayan choques, particularmente si pensamos que medios y gobierno compiten por la confianza de un país, el premio es muy grande.
    Más triste que un gobierno que acosa a los medios es cuándo los medios renuncian a su derecho de criticar. Mira a Puebla como ejemplo!
    La misión es seguir compitiendo.

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