¿Logró México transitar de un régimen autoritario a una verdadera democracia? Esta es la pregunta central del más reciente libro de Carmen Aristegui bajo el sello de Grijalbo. En casi 300 páginas, la periodista presenta una serie de entrevistas con personajes centrales de la vida nacional, quienes ofrecen sus memorias, percepciones y opiniones sobre el accidentado proceso de consolidación democrática en México durante las últimas décadas.
“Se dice que la entrevista es el género propagandístico por excelencia, pues se facilita al entrevistado el espacio para que diga lo que quiere decir. ¿Estás de acuerdo?, ¿o crees que el entrevistador tiene la capacidad de hacer que el entrevistado diga lo que él quiere escuchar?”
El párrafo anterior reproduce una de las preguntas que formulé a Aristegui en el marco de las reuniones de la Sociedad Interamericana de Prensa en octubre de 2006. En su respuesta, la periodista negó la carga mercadológica del género periodístico y precisó que el éxito de una entrevista radica en obtener la información que el entrevistado prefiere ocultar y escuchar aquella que desea difundir.
Las conversaciones compiladas en el libro, ilustradas con fotografías de Ricardo Trabulsi, demuestran el dominio de Aristegui en la técnica de mezclar ambos enfoques. Quizá para el lector resulte poco interesante escuchar a Manuel Bartlett exculparse por enésima vez de la caída del sistema en 1988, pero a cambio recibe las sorpresivas declaraciones del ex presidente Miguel de la Madrid, quien acusa de corrupción a su sucesor, Carlos Salinas de Gortari.
Fue precisamente Salinas quien el 13 mayo 2009 expresó en un comunicado su “dolor e indignación” por los términos y condiciones en que se había realizado la entrevista a de la Madrid. Al nombre de Carlos Salinas se suma el de Vicente Fox en la lista de personajes que, por cobardía supongo, no accedieron a ser entrevistados.
El político guanajuatense optó por redactar un texto donde narra sus inicios en la política y su odisea por “sacar al PRI de Los Pinos”. Ahí defiende a los hijos de Marta Sahagún y celebra que su compañera de vida sea una demócrata. Llegado el momento de discutir su sexenio, Fox precipita el tema con la frase que Aristegui califica de brevísima y desconcertante: “…y así pasaron los seis años”.
¿Se arrepiente la politóloga Denise Dresser de haber votado por la izquierda en 2006? ¿Por qué cree Manuel Bartlett que López Obrador es el único que puede detener una revuelta social? ¿Qué ex candidato presidencial llama “Barbie masculino” a Enrique Peña Nieto? ¿Se le antoja la presidencia de la República al ex rector de la UNAM Juan Ramón de la Fuente? ¿En que consistió la “asustadita” que según Manuel Espino, ex dirigente del PAN, le dieron en el rancho de los Fox? ¿Qué opinan de la democracia mexicana intelectuales como Roger Bartra, Carlos Fuentes, Lorenzo Meyer y Carlos Monsiváis?
Estas y otras interrogantes se disipan en las páginas de “Transición”. Una obra que invita a la reflexión en tiempos definitorios, un testimonio de los errores que han conducido al país al borde de un estallido. El cinismo y la impunidad son evidentes en los años repasados por Aristegui en su libro. Ahora toca a la memoria colectiva no perpetuarlos desde el olvido. De lo contrario, la respuesta a la pregunta que inicia este texto nunca será alentadora.
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