Es ridículo llamar “movimiento social” a un reality show. Este lunes fue presentada la Iniciativa México, un proyecto impulsado por los dueños y representantes de los medios de comunicación más importantes del país y respaldado por instituciones académicas como la UNAM, el IPN y el Tecnológico de Monterrey.
Esta “convocatoria sin precedentes” que busca una “reflexión profunda” en tiempos del Bicentenario es en el fondo una emisión televisiva donde la audiencia vota por sus concursantes favoritos. Los creadores de Big Brother, La Academia y demás productos chatarra se mueren de envidia. Sus programas no recibieron el aval presidencial ni el aplauso de intelectuales.
Inicia el casting. Tenemos hasta el 7 de julio para registrar proyectos sociales en distintas categorías: calidad de vida, desarrollo comunitario, medio ambiente, justicia y derechos humanos, buen gobierno y rendición de cuentas. La inscripción corre a cargo de los responsables del proyecto o de cualquiera que conozca su trabajo. Hay que “denunciar” como en las campañas de “Nuestra Belleza”, pero en este caso a ciudadanos responsables.
Luego vendrá el proceso de selección. Un grupo de “asesores especializados” identificará las 20 propuestas más relevantes. “Con la finalidad de que el público en general conozca los proyectos, durante el periodo comprendido de agosto a octubre de 2010, se transmitirá en televisión y radio, un programa semanal, y se difundirán notas y videos en diarios y sitios de Internet”, detalla la convocatoria.
Personas de amplia calidad moral, como el presidente de la República y el presidente de Grupo Televisa han celebrado la iniciativa. “Hay un movimiento social, como es Iniciativa México que, precisamente, despierta liderazgos sociales. ¡Qué bueno que la haya!”, dijo Felipe Calderón. Emilio Azcárraga señaló que se trata de un esfuerzo histórico que será recordado dentro de cien años.
¿Cómo es posible oponerse a tanta bondad? La pregunta adquiere especial relevancia cuando es analizada desde el discurso de la Iniciativa México. Resulta que hay dos tipos de mexicanos: los ‘mala leche’, aguafiestas y quejumbrosos que aseguramos vivir en la letrina del mundo; y los valientes, patrióticos y optimistas que sintonizarán el Canal de las Estrellas para ver el programa.
“Muchos creen en lo conveniente y lo necesario de estimular los aspectos positivos de la vida y decirles a todos cómo cantan los pajaritos en la rama del árbol”. Es la crítica del periodista Rafael Cardona. Pues sí. ¿Por qué no creerle a Javier Aguirre en el primer spot de Iniciativa México? ¿Por qué sospechar cuando dice que ama a su país? ¿No fue él quien dijo que estábamos “jodidos”?
La Iniciativa México es un antidepresivo: reduce el dolor psíquico y ya. No cambia las circunstancias y no resuelve el problema. ¿Se vale? Claro que sí. ¡Que regrese el “Día del Taco”! ¡Que lo hagan efeméride! Pero que no involucren a universidades, intelectuales y periodistas. Con tantas instituciones y personas apoyando un fraude como Iniciativa México, el país pronto entrará en una fase de incredulidad total. Así que prenda su televisión y conéctese a la esperanza…
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